sábado, 7 de abril de 2012

De Fray Bentos a Santa Elena; de Liebig`s a Kemmerich (última parte)


DESTINO COMÚN

Por último no podemos dejar de señalar la asombrosa similitud que presenta la evolución histórica de Santa Elena y Fray Bentos desde 1880 y durante todo el siglo XX, fenómeno que entendemos merecería un estudio formal. 
A partir de la absoluta “carne-dependencia” que de una única empresa extranjera ambas localidades expusieron, generadora a su vez de prácticamente toda la actividad económica del lugar y la región, los años de apogeo, estancamiento y decadencia de la industria del extracto de carne primero y del frigorífico después serán casi los mismos para una y otra ciudad.
Veamos rápidamente lo que pasó en Santa Elena. Cuando en 1904 la Compagnie des Produits Kemmerich retomó la posesión de sus plantas industriales de Argentina, “se encontró con una sucesión de dificultades que desembocaron en 1909 en la venta de parte de sus terrenos y de las fábricas a la Société Argentine Estates of Bovril”(27). En efecto, en 1909, ya fuera del corto período que abarca este trabajo, la Compagnie des Produits Kemmerich, Sociéte Anonyme vende a la británica Sociedad Anónima Establecimientos Argentinos de Bovril las plantas industriales de Santa Elena y San Javier, los campos y el ganado. 
Multinacional de capital inglés con fábricas en diversas partes del mundo, los nuevos propietarios cierran la planta de San Javier, pequeña y ya entonces obsoleta, al tiempo que remodelan y amplían las instalaciones de Santa Elena, introduciendo la frigorificación. Sin embargo no dejan de producir el tradicional extracto de carne, aunque cambian su identificación o marca de fábrica, que pasa a ser Bovril, nombre que continúa en el mercado hasta la fecha(28). Paralelamente, siguiendo la costa del río Paraná para evitar competir con Liebig’s que tenía sus fábricas y sus estancias en la margen del río Uruguay, o mejor dicho, repartiendo con ella el centro y norte de la Mesopotamia argentina, la Sociedad Anónima Establecimientos Argentinos de Bovril adquiere grandes extensiones de campos para cría e invernada en Entre Ríos y Corrientes. 
En 1970 el grupo británico Cavenham adquiere los distintos activos de Bovril en el mundo -incluido los de Argentina-, y hasta 1973 la planta de Santa Elena sigue en su poder. Ese año, ante una serie de cambios en el ciclo internacional de producción y comercialización de la carne, a los que deben aunarse factores políticos y sociales internos (en realidad regionales) adversos, toman la decisión de retirarse de la Argentina junto con otros frigoríficos extranjeros (norteamericanos e ingleses).     
En 1973 la Sociedad Anónima Frigoríficos Regionales Argentinos (SAFRA), de capital nacional, adquiere en condiciones sumamente ventajosas la fábrica y gran parte de los campos. Esta empresa integrada por la unión de dos importantes frigoríficos de la provincia de Santa Fe (Friar SA y Frymat SA) provoca una acelerada actualización tecnológica de la planta lo que permite que sea habilitada para todos los mercados del mundo. Sin embargo, a principio de 1980 entra en una profunda crisis debido al cierre de mercados, al retraso cambiario y a las retenciones a la exportación, pero también por el flujo de capitales desviados de SAFRA a los accionistas propietarios. Fuertemente endeudada, en 1983 la empresa cierra. 
En 1984 es reabierta por el gobierno provincial de Entre Ríos, permaneciendo hasta abril de 1991 en su poder. 
Entre tanto, en 1990 se inicia un proceso de privatización plagado de irregularidades que se concreta en 1991, siendo adjudicatario de la planta un consorcio denominado Euromarche, formado por el Citibank y el grupo Huancayo. La planta comenzó a operar en abril de 1991 con 1400 operarios aunque previamente -y tal como establecía el pliego de condiciones- el gobierno provincial de Entre Ríos debió abonar 5 millones de dólares en concepto de indemnizaciones. Apenas un año después la empresa decide cerrar la playa de faena, y en una maniobra irregular, violando compromisos asumidos al ganar la licitación, progresivamente traslada la producción hacia el Frigorífico Rioplatense SA, ubicado en General Pacheco (gran Buenos Aires), controlado por el grupo Huancayo.
El desenlace se aproximaba. “Finalmente en noviembre de 1993 se cierra definitivamente la empresa, despidiendo a todo el personal. De este modo y luego de intensas y continuas movilizaciones de la comunidad, no solamente de los trabajadores despedidos, se puso en marcha el procedimiento de crisis, forzando el marco legal para su aprobación, tanto por la Dirección Provincial de Trabajo, como por el Ministerio de Trabajo de la Nación, quien homologó los acuerdos. El personal aceptó una suma equivalente al 50% de sus indemnizaciones legales, renunciando a cualquier otro reclamo aún por enfermedad laboral o secuela de accidentes de trabajo. Las indemnizaciones, fueron pagadas por el gobierno provincial, subrogando las obligaciones de la empresa privada, aceptando como garantía documentos de nula ejecución”(29).
Repacemos ahora lo sucedido en Fray Bentos. Ya hemos detallado el proceso que culminó en 1865 con la instalación allí de la primera planta industrial de Liebig’s Extract of Meat Company Limited. Si bien esta empresa mantuvo la propiedad de la fábrica hasta julio de 1924, es menester apuntar que diversificando el campo de acción de sus actividades, en ese lapso había montado en la región otros dos establecimientos fabriles similares al de Fray Bentos, uno en la Argentina en 1904 -Fábrica Colón (hoy Pueblo Liebig’s), en la provincia de Entre Ríos- y otro en Paraguay -Zeballos Cue, pocos quilómetros al norte de Asunción- en 1923. Tras el fin de la Primera Guerra Mundial la empresa redujo considerablemente el volumen de sus faenas en la planta de Fray Bentos, interrumpiéndola de manera total a partir de 1922. En 1923 Liebig’s inicia la remodelación de la fábrica para incorporar la nueva tecnología del frigorífico, pero antes de culminarla la vende. 
El 1 de agosto de 1924 el Frigorífico Anglo del Uruguay SA se hace cargo de las instalaciones de Fray Bentos y también de La Pileta y Mbopicuá, las estancias más próximas. La firma era propiedad de la multinacional británica Vestey Brothers, también conocida como Vestey Group, que ya tenía en el área el Frigorífico Anglo de Argentina, con plantas en Zárate y Dock Sud (provincia de Buenos Aires), y el Frigorífico Anglo de Brasil, con plantas en las localidades de Pelotas (estado de Río Grande) y Barretos (estado de San Pablo).
Una breve digresión. Desconocemos las verdaderas razones que motivaron el retiro de Liebig’s del Uruguay medio siglo antes que de Argentina y Paraguay; las argumentaciones ensayadas hasta el presente -parciales y escasamente documentadas- no acaban de convencernos. En el libro de De Groof, Geli, Stols y Van Beck se brinda una explicación, no muy detallada en verdad, pero que la reproducimos porque es casi la única referencia bibliográfica que hemos encontrado en la que se hace mención a que Liebig`s Extract of Meat Company Limited padeció dificultades económicas-financieras: “Incluso la gigante Liebig hubo de enfrentarse a serias dificultades. Fundada en 1865, esta sociedad inglesa de participación belga, aún siendo la más importante del sector y presentando en 1912 un beneficio de 1.260.521 francos (veinte veces al alcanzado por Kemmerich) tuvo que considerar en 1913 la posibilidad de cerrar su fábrica de Fray Bentos (Uruguay)”(30).               
El grupo Vestey explotó el frigorífico en forma ininterrumpida hasta 1968, pero la declinación de la planta comenzó por lo menos quince años antes de esa fecha. El primer indicio de la decadencia que habría de desembocar en el retiro del Uruguay de los propietarios ingleses fue la detención de las reinversiones, visible ya en la década de 1950. A partir de allí el retroceso de la actividad se hizo zafra tras zafra más evidente y manifiesto. Los cambios producidos en la estructura del comercio internacional de productos agrícolas, la implementación de barreras arancelarias (y para-arancelarias) en los países de Europa y el definitivo crepúsculo de Gran Bretaña como superpotencia complicaron el acceso de las carnes del Río de la Plata a su otrora mercado externo “tradicional”. Paralelamente, la operativa se agravaba por la obsolescencia de las instalaciones industriales y la falta de mantenimiento.      
En 1968 Vestey hace pública su determinación de retirarse de forma definitiva del Uruguay -también lo hace de la Argentina, no así de Brasil y Venezuela, donde mantiene sus negocios de “estancias”- por lo que el Gobierno uruguayo se hace cargo del establecimiento a través del estatal Frigorífico Nacional (creado en 1928 y que por entonces operaba dos vetustas y anticuadas plantas industriales: Punta de Sayago de Montevideo, anteriormente propiedad de La Frigorífica Uruguaya S.A. sociedad controlada por la anglo-argentina Compañía Sansinena de Carnes Congeladas, y Casa Blanca de Paysandú) en lo que se denominó “Operativo Fray Bentos-Frigorífico Nacional”.
En octubre de 1971 el Ministerio de Industria y Comercio del Uruguay adquiere “el establecimiento industrial y comercial denominado Frigorífico Anglo del Uruguay, situado en la ciudad de Fray Bentos (Departamento de Río Negro), en un todo de acuerdo con los términos, condiciones y demás especificaciones contenidas en el Convenio suscrito por el Poder Ejecutivo con los propietarios, el día 26 de agosto de 1971”(31). Sin embargo todo siguió en caída. 
En 1976, fuera de la órbita del Frigorífico Nacional, se crea el Frigorífico Fray Bentos, de capital estatal, bajo cuya égida la planta trabaja hasta 1979, cuando es cerrada definitivamente.
Vendrán intentos de reactivación en manos privadas: en 1981 será el turno de Fercomar SA y en 1983 el de Saudico SA, ambos de capitales supuestamente “extranjeros”. Aunque los dos terminaron en el mayor de los fracasos, antes hicieron de las suyas llevándose -entre otras cosas- créditos estatales blandos que nunca devolvieron y la ilusión de la gente. La Liebig’s, el Anglo o simplemente el frigorífico de Fray Bentos, no volvió a faenar.       
Aparte de las importantes construcciones que albergaron las instalaciones industriales, tanto en Santa Elena como en Fray Bentos hoy se pueden observar otros silenciosos testimonios de la época en que la industria de la carne les daba vida, incluso más elocuentes y significativos que aquéllas: los distintos edificios del complejo “pueblo de empresa” destinado originalmente a vivienda del personal y al esparcimiento, expresiones de una relación obrera-patronal peculiar desarrollada en el ámbito estrecho de la pequeña localidad que todos inevitablemente debían compartir, y que discurría entre el paternalismo bismarckiano y la severa moral victoriana. Por un lado el conjunto residencial reservado a funcionarios ingleses y sus familias, grupo de viviendas individuales rodeadas de grandes jardines -en general en avanzado estado de abandono como el resto de las instalaciones, sobre todo en Santa Elena- y el club con cancha de golf, tenis y pileta de natación. En contraste a ese bucólico paisaje arquitectónico trasladado de la campiña británica a la ribera de los ríos Paraná y Uruguay, lo que se conocía como el “cuartel de los solteros”, barracas grises, situadas en el extremo opuesto, que alojaba a los jóvenes que llegaban atraídos por la “novedad” del trabajo industrial.


PARAGUAY Y FINAL 

La documentación y referencias que existe sobre la presencia de la Compagnie Kemmerich en Paraguay es escasa y muchas veces contradictoria.
En 1909, el mismo año de la venta de sus activos de Argentina a Bovril, la Compagnie des Produits Kemmerich, Sociéte Anonyme se instala en Paraguay. Lo hace en una zona del departamento de Concepción (norte de la Región Oriental), sobre la costa del río Paraguay, próximo a la desembocadura del arroyo Napeque. En la actualidad, a ese lugar que se denominó Puerto Kemmerich y que se encuentra a unos 450 kilómetros de Asunción, se lo conoce como Puerto Abente. 
La Compagnie Kemmerich adquiere lo que había sido el saladero San Salvador, fundado en 1903 por capitales alemanes. El establecimiento fabril, que tenía contiguo una estancia de 22.000 hectáreas, “fue remodelado por el Dr. Kemmerich, largamente conectado a Liebig’s y Cía, para producir extracto de carne, en cuyo negocio el Dr. Kemmerich era un experto reconocido. Hermann Krabb y Cía adquieren la planta al Dr. Kemmerich, pero no la operan. Luego pasa a propiedad de G.L.Kickard, que la transfiere a Morris”(32). Este último era un poderoso grupo de Estados Unidos que integraba el “Beef Trust” y que ya operaba en Argentina. 
No existe constancia de la fecha concreta en que la Compagnie Kemmerich se desprende de su planta de Paraguay. Incluso se debe  señalar que Schurz, en su Paraguay, a commercial handbook, no habla de la Compagnie des Produits Kemmerich, Sociéte Anonyme sino del Dr. Kemmerich(33).
De todas maneras creemos que la planta de San Salvador era propiedad de la Compagnie des Produits Kemmerich, Sociéte Anonyme y que no se deshizo de los activos en Paraguay hasta por lo menos 1914. En ese año, todavía, la firma seguía operando en el mercado de Amberes y Henri Albert de Bary declaraba poseer participación accionaria en ella.(34).



REFERENCIAS Y BIBLIOGRAFÍA:

(14) Existe toda una polémica respecto a cuál es el origen del nombre de la localidad de Santa Elena. Algunos estudios sostienen que se llama así en homenaje a la señora Helena Giebert, esposa del doctor Eduardo Kemmerich. Otros trabajos, quizás más actualizados y rigurosos, aseguran que esa denominación data de antes incluso que se fundara el saladero de González y de la Riestra, por lo que la designación nada tendría que ver con la instalación de la Compañía Kemmerich en el lugar.

(15) Otro dato para reforzar la importancia que entonces tenía Amberes como plaza financiera. Fue allí adonde recurrió Jaime Cibils Buxareo para capitalizar sus negocios de estancias y de elaboración de extracto de carne que había instalado en la margen del río Paraguay, en las cercanías del puerto de Cáceres (estado de Mato Grosso) y que era conocida como Descalvados. En efecto, la Compagnie des Produits Cibils -que compró todos los activos de Jaime Cibils Buxareo en Mato Grosso- fue constituida en Amberes el 30 de enero de 1895.    

(16) http://www.scob.be/publicat/STOCK_QUOTED_CORPORATIONS.

(17) Gilbert, Jorge. El grupo Ernesto Tornquist y sus vínculos sociales. Caseros (Provincia de Buenos Aires), Universidad Nacional de Tres de Febrero, 2008.

(18) El río Paraguay divide el país homónimo en dos grandes regiones: en el oeste el Gran Chaco o Región Occidental y en el este la Selva o Región Oriental, de suelos más fértiles. Por su estrecha vinculación con la cuenca del Plata y con el eje fluvial compuesto por los ríos Paraná y Uruguay, el gran mecanismo integrador de la zona, creemos que la Región Oriental de Paraguay debería ser incluida dentro de lo que podríamos llamar “el gran espacio geográfico del Litoral”.

(19) Morales Bartaburu, Rodrigo. Del saladero nacional al frigorífico extranjero. Paysandú, Edición electrónica (rodrigomoralesbartaburu.blogspot.com), 2010.

(20) Este concepto, esencial para comprender el tipo de influencia que ejerció la industria conservera típica -de la que Liebig’s y Kemmerich fueron los exponentes más sobresalientes- sobre el medio en la que estaba emplazada, pertenece a los profesores José Pedro Barrán y Benjamín Nahum, quienes lo han desarrollado largamente en varias obras de su autoría, por ejemplo Historia Rural del Uruguay Moderno (Montevideo, EBO, 1967-1978, 7 tomos) y Batlle, los estancieros y el Imperio británico (Montevideo, EBO, 1979-1982, 3 tomos).

(21) Pereda, Setembrino. Río Negro y sus progresos (Montevideo, El Siglo Ilustrado, 1898). También en Maeso, Carlos. Tierra de Promisión (Montevideo, Tipografía de la Escuela Nacional de Artes y Oficios, 1904) y El Uruguay a través de un siglo (Montevideo, Tipografía y Litografía Moderna, 1910).

(22) Peptona fue la marca comercial con que se comercializó en Europa el extracto de carne producido por la Compagnie Kemmerich.

(23) El extracto de carne producido en Fray Bentos por Liebig’s Extract of Meat Company Limited se vendió hasta 1899 con el nombre del creador, Extractum Carnis Liebig, figurando un símil de la firma del químico alemán en todas las etiquetas de los recipientes comercializados. En junio de 1900 la compañía relanzó el producto en Londres bajo la marca Oxo, en principio como una línea complementaria del extracto original, pero con el tiempo ésta devino en la marca registrada oficial para Gran Bretaña, aunque en muchos países de Europa continental se mantuvo la antigua denominación.

(24) Sanguinetti, Oscar y Orlando. History of Meat’s Extract. Milan (Italia), Sanguinetti Stamp Shop, 2003. 

(25) La “Compagnie de Produits Kemmerich, fundada en 1884 para asumir las actividades de la Société en commandite E. Kemmerich et Compagnie, poseía cuatro estancias y dos fábricas”. Ver De Groof, Bart; Geli, Patricio; Stols, Hedí y Van Beck, Guy. En los deltas de la memoria. Bélgica y Argentina en los siglos XIX  y XX. Lovaina, Leuven University Press, 1998.

(26) Diario El Siglo, Montevideo, 2 de julio de 1895.

(27) De Groof, Bart; Geli, Patricio; Stols, Hedí y Van Beck, Guy. Obra citada.

(28) Actualmente la marca es propiedad de Unilever. Esta multinacional angloholandesa es también en nuestros días la titular de las marcas de Liebig’s que aún permanecen en el mercado.  

(29) Lago Martínez, Silvia  y Sorda, Jorge. La Privatización del Frigorífico Santa Elena: un estudio de caso. Buenos Aires, Facultad de Ciencias Sociales (UBA), 2000.

(30) De Groof, Bart; Geli, Patricio; Stols, Hedí y Van Beck, Guy. Obra citada.

(31) Artículo 1º de la Ley 14035 del 18/10/1971. El texto completo en www.parlamento.gub.uy.    

(32) Schurz, W. L. Paraguay, a commercial handbook. Washington DC, Government Printing Office, 1920. Online en http://www.archive.org/stream/paraguayacommer00commgoog/paraguayacommer00commgoog_djvu.txt

(33) Ibíd.  

(34) Pieters, Patrick. Het ontmoetingsnetwerk van de Antwerpse bankierselite aan de vooravond van de Eerste Wereldoorlog. Amberes, Universiteit Antwerpen (Departement Geschiedenis), 2008.

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Rodrigo Morales Bartaburu
Queda autorizada la reproducción total o parcial de este trabajo citando la fuente.
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