Mark Zuckerberg, fundador de Facebook. |
A los pocos minutos de abierta la oferta, las acciones
ganaban valor, pero con cierta modestia, mucho menor de la esperada. No queda
muy claro, tal vez, qué sentido tiene comprarse a sí mismo, habrán pensado los
inversores. El concepto de lo público, en el marco de la Bolsa de Nueva York, dista
bastante del que se suele usar aquí: lo público de una empresa en el Nasdaq
permite que cualquier poseedor de una acción pueda revisar los balances y
participar de alguna manera (generalmente lejana) en la toma de decisiones.
Concepto bien diferente, por cierto, al de escuela pública o, en palabras de
Aníbal Fernández, el software público.
Unos días antes de la salida a la Bolsa , General Motors había
decidido levantar la publicidad de la plataforma de Facebook por ser “poco
efectiva”, en un monto de inversión que rondaba los diez millones de dólares.
Eran divididas también las opiniones sobre la valuación real de Facebook,
empresa que esperan que llegue en unos años a tener cerca de tres mil millones
de usuarios. ¿Por qué vale tanto Facebook? ¿Vale por la base de usuarios actual
o por la base de usuarios futuros? La facturación real de la red social ronda
los 3700 millones de dólares, un monto notablemente más bajo que los 37 mil
millones que factura Google. El gran valor de Facebook reside, entre otras
cosas, en que la información sobre los usuarios es depositada voluntariamente
por los usuarios, mientras que en Google sus algoritmos tienen que aprender a
buscarla.
Los noticieros económicos internacionales parecían en cadena
opinando sobre qué hacer ante la inminente salida de acciones, sobre si
Facebook no estaba sobrevalorada o se trataba de una oportunidad real de
inversión. Así, mientras todos discutían, Mark Zuckerberg pasó a poseer
acciones de su compañía por unos 20 mil millones de dólares, la jefa técnica
(CTO) valoró su porcentaje en mil setecientos millones y James Breyer, junto
con Accel Partners, que habían invertido 13,7 millones de dólares en 2005
pasaron a tener un porcentaje valuado en 6,2 mil millones de dólares.
Cuando Facebook anunció su salida a la Bolsa , Mark Zuckerberg
escribió una carta abierta a los futuros inversores. “Fue construida para
cumplir una misión social: convertir el mundo en un lugar más abierto y
conectado. Creemos que es importante que cada persona que invierta en Facebook
comprenda lo que esta misión significa para nosotros, cómo tomamos las
decisiones y por qué hacemos las cosas que hacemos.”
En apenas ocho años, Facebook rompió con casi todas las
barreras de lo posible, acaparando mercados a nivel planetario, imantando a los
usuarios de todo el mundo con esa posibilidad de mostrarse a uno mismo. Pero,
según los datos de ayer, si bien es la valuación más alta de la historia para
una empresa tecnológica que sale a la
Bolsa , la curva de aumento en el primer día será
considerablemente conservadora. Google, por ejemplo, que salió a la Bolsa en 2004, subió un 18
por ciento el primer día, y tres años después valía cerca de cuatrocientos por
ciento más, que los iniciales 28 mil millones de dólares. Pero no todas las
historias son de éxito en la lotería de las empresas tecnológicas. Groupon, por
ejemplo, el sitio de cupones de descuento, fue valuada en 13 mil millones de
dólares, un 30 por ciento de aumento en un primer momento, y actualmente el
precio cayó a la mitad.
Empieza para Facebook una etapa diferente a la hora de tomar
decisiones. El hecho de tener que abrir sus cuentas y someterse
estructuralmente a la mirada extraña es finalmente lo que hace Facebook con
todos nosotros: mirarnos y tomar decisiones sin preguntar. Pero en el caso de
esta empresa, acostumbrada a la cultura hacker de tomar decisiones veloces sin
consultarle a nadie y luego arreglar los problemas que ocurran más tarde, la
mera posibilidad de que alguien opine sobre los caminos a seguir pone de los
pelos a Zuckerberg, el niño nerd más rico del planeta, que a partir de ayer será
el dueño de una pelota más grande. Cuando se anunció en febrero la salida de la
empresa a la Bolsa ,
su CEO escribió como para abrir el paraguas. “Trabajamos duro para hacer de
Facebook el mejor lugar para gente genial con gran impacto en el mundo. Hemos
creado una cultura que llamamos la Vía Hacker. (...) Hackear significa crear algo
rápido o probar los límites de lo que se puede hacer. Como pasa con muchas
cosas, puede ser utilizado para bien o para mal. La gran mayoría de los hackers
que he conocido tienden a ser personas idealistas que quieren tener un impacto
positivo en el mundo.” Para cerrar, Zuckerberg decía: “En pocas palabras: no
construimos servicios para ganar dinero, sino que ganamos dinero para ofrecer
mejores servicios”. Como sea, Facebook es desde ayer una empresa de servicios
“pública”, o sea, es como el agua.