jueves, 3 de febrero de 2011

Del saladero nacional al frigorífico extranjero (Última entrega; incluye bibliografía)

X

DESPUÉS

Productos envasados producidos por el
Frigorífico Anglo de Fray Bentos,
propiedad de la multinacional británica Vestey Group.
(Archivo Nacional de la Imagen - SODRE). 
El acuerdo alcanzado en abril de 1914 por los frigoríficos británicos y norteamericanos instalados en la Argentina, denominado por ellos “Segunda Conferencia de Fletes” pero en verdad un eufemismo que pretendía esconder la concreción de un nuevo “pool”, representó para los saladeristas uruguayos una tenue luz de esperanza entre tanta tiniebla ante la creencia que la tranquilidad regresaría a los mercados de hacienda del Río de la Plata, conclusión lógica y razonable desde todo punto de vista.
Desaparecida la orgía competitiva y vueltos los frigoríficos a su tradicional demanda selectiva orientada exclusivamente a los buenos ganados mestizos, todo hacía suponer que en la zafra de 1915 los novillos criollos retornarían al redil de los saladeros para así recomponer éstos sus volúmenes de faenas.
Como sueño de una noche de verano, la quimera del renacimiento de la industria de los saladeros resultó efímera y apenas subsistió dos meses. Los sucesos desatados a partir del magnicidio ocurrido el 28 de junio de 1914 en Sarajevo lo hicieron añicos.(87)
Si bien en un principio el estallido de la Primera Guerra Mundial interrumpió los envíos de carne a Europa, el comercio se recompuso con creces después de que en agosto de 1914 el gobierno británico anunciara que adquiriría todo el tonelaje que fuera necesario para abastecer a su población. En enero de 1915 la demanda se tonifica aún más al hacerse cargo los británicos de las compras de Francia.
El conflicto bélico trastornó el comercio mundial. Los requerimientos de carne en esos tiempos de guerra fueron extremadamente elevados, en particular la envasada y congelada por sus cualidades de mayor perdurabilidad.
Convertida la carne conservada en lata en producto indispensable de la ración de los soldados de infantería, su producción en gran escala reavivó el interés de los frigoríficos uruguayos por el ganado criollo o poco mestizado.
La nueva coyuntura internacional propinaba un duro mentís a la expectativa del saladero de mejorar su faena(88), agravando la crisis que cuestionaba su propia factibilidad y sobrevivencia.
Entre 1915 y 1918 la matanza total de los frigoríficos uruguayos(89) aumentó en más del doble. Los balances de esos años de La Frigorífica Uruguaya S.A., Frigorífico Montevideo S.A. y Sociedad Anónima Frigorífico Artigas reflejaron el momento de bonanza que atravesaba la industria, arrojando todos enormes beneficios. Como contrapartida, la mayoría de los saladeros que penosamente y a costa de grandes pérdidas habían logrado sobrevivir a la crisis de los años 1912-1914, ahora debieron clausurar definitivamente sus actividades. Otros más poderosos como Pedro Denis, los Tabares o Pedro Ferrés, con faenas reducidas a una expresión casi testimonial pero persuadidos de la vigencia del tasajo, aguardaron que escampara.(90)
Pero las distorsiones provocadas por la guerra tuvieron su epílogo.
Al tiempo que las hostilidades llegaban a su fin, la demanda europea de carne se derrumbaba. Consagrados a la tarea de reconstruir las economías domésticas, Gran Bretaña y sus aliados se mostraron incapaces de mantener los niveles de importación de carne de los años de conflagración. Además, hacia el fin de la guerra existían en los depósitos de Europa enormes cantidades de carne conservada y congelada, y los países decidieron consumirla antes de reiniciar las compras. Esto trajo aparejado la reducción de las exportaciones cárnicas de la región, que para el caso de Uruguay entre 1918 y 1921 cayeron a menos de la mitad.
En base al poderío económico que tenían y fortalecidas por el hecho de actuar coordinadamente en función del “pool” que conformaban, una vez más las multinacionales frigoríficas se las ingeniaron para trasladar el descenso de precios producido por la posguerra a los países del Río de la Plata. Los frigoríficos protegieron sus márgenes de rentabilidad forzando el mercado de hacienda a una dramática baja. Entre 1920 y 1922 la cotización del ganado vacuno en la Tablada de Montevideo se redujo en casi un 50%.
Enancado a esta particular circunstancia e intentando emular el ave Fénix, la industria del tasajo procurará reverdecer viejos pergaminos en la creencia que después de tantos sinsabores finalmente había llegaba su cuarto de hora.
En una especie de postrera reivindicación, las faenas de los saladeros en el trienio 1922-1924 mostrarán una mejoría. Sin embargo su certificado de defunción estaba extendido desde hacía ya muchos años y el cumplimiento era sólo una cuestión de trámite, tan inexorable como la muerte misma.
Contrariamente a lo que por lógica pueda inferirse, la irreversible desaparición de los saladeros nacionales de ninguna manera acarreó el fin del tasajo, producto que Brasil y Cuba continuaban demandando. Haciendo gala de un extraordinario pragmatismo y adaptándose a la poca calidad zootecnica de buena parte del ganado vacuno oriental, desde 1919 los frigoríficos de capital norteamericano afectaron parte de sus instalaciones a la preparación de tasajo, no así la anglo-argentina Frigorífica Uruguaya S.A. de Sansinena ni el Frigorífico Anglo del Uruguay S.A. de la británica Vestey.
Del total de 533.000 reses vacunas faenadas en el quinquenio 1923-1927 para tasajo en el Uruguay, 262.000 cabezas -prácticamente la mitad- correspondieron a los frigoríficos de Swift y Armour, dividiéndose el resto entre 8 establecimientos saladeriles, 5 radicados en la capital y 3 en el litoral.
Perdida para las empresas de capital nacional la elaboración de tasajo al convertirse las empresas de Chicago en su principal productor, termina de consumarse la extranjerización de la industria cárnica uruguaya.


Referencias:

(87) El 28 de junio de 1914 un militante nacionalista asesina en Sarajevo al archiduque Francisco Fernando de Habsburgo, heredero al trono del Imperio Austro-Húngaro. Perfecto pretexto de la doble corona para el inicio de las hostilidades con Serbia, el 1 de agosto con el ingreso de Rusia deriva en un enfrentamiento armado a escala europea para, finalmente, transformarse en la Primera Guerra Mundial. Participarán en forma oficial 32 países, 28 denominados “aliados” entre los que se encontraban Gran Bretaña, Francia Rusia, Italia y Estados Unidos, que se enfrentaron a la coalición de los “Imperios Centrales” integrada por Alemania, Austria-Hungría, el Imperio Otomano y Bulgaria. Conflicto europeo e imperialista por antonomasia, sus causas profundas nos remiten al mapa geopolítico que emergió en el viejo continente tras la guerra Franco-Prusiana de 1871, que catapultó como gran potencia al II Imperio Alemán. Por eso los verdaderos factores que desencadenaron la guerra fueron la rivalidad económica y política entre las distintas potencias, el intenso espíritu nacionalista que se extendió por Europa a lo largo del siglo XIX y comienzos del XX y el proceso de militarización y su consecuente carrera armamentista, producto de la creación durante el último tercio del siglo XIX de dos sistemas de alianzas de signo hegemónico (y por lo tanto enfrentadas): una liderada por Gran Bretaña y la otra por Alemania. La guerra que provocó más de 50 millones de muertes y se extendió por cuatro años, tres meses y catorce días, finalizó el 11 de noviembre de 1918 con la firma del armisticio entre Alemania y los aliados, acto cumplido en los bosques de Compiègne (Francia).

(88) En 1915 el conjunto de los saladeros uruguayos sacrificaron apenas 48.000 vacunos, la menor cantidad de su existencia hasta entonces. En el siguiente quinquenio las faenas con destino a la elaboración de tasajo se recuperarán algo, 63.000 en 1916; 105.000 en 1917; 75.000 en 1918; 87.000 en 1919 y 88.000 en 1920. No obstante cabe anotar que del total de las 87.000 reses faenadas en 1919, 24.000 correspondieron al Frigorífico Artigas de Armour, y de las 88.000 de 1920, 26.000 fueron de los frigoríficos norteamericanos, 22.000 del ya mencionado Armour y 4.000 del Swift.

(89) Al amparo de la mayor demanda generada por la Primera Guerra Mundial, en 1916 se inauguró la planta industrial de la Sociedad Anónima Frigorífico Artigas, tercer establecimiento de su tipo en Uruguay. Ubicado en el Cerro, sobre el arroyo Pantanoso, parte de las instalaciones habían pertenecido a El Tejera, primer saladero de la firma Tabares & Cía. Aunque un porcentaje importante del capital del nuevo frigorífico haya sido aportado por inversionistas locales, muy pronto la empresa pasó a ser controlada por la norteamericana Armour.

(90) Con dificultad y no habiendo realizado las zafras de los años de guerra, los saladeros La Caballada y La Conserva de Salto y Casa Blanca de Paysandú mantuvieron operativas sus plantas industriales. Durante el “veranito” saladeril de 1922-1924 sus faenas serán más voluminosas que la de los establecimientos de Montevideo.


__________________________________________________________

Rodrigo Morales Bartaburu
Paysandú (Uruguay), diciembre de 2010.
Queda autorizada la reproducción total o parcial de este trabajo citando la fuente.

__________________________________________________________



BIBLIOGRAFÍA

Acevedo, Eduardo. Anales Históricos del Uruguay. Montevideo, Barreiro y Ramos, 1933-1936 (6 tomos).

Araujo, Orestes. Diccionario geográfico del Uruguay. Montevideo, Litografía Moderna, 1912.

Barrán, José Pedro y Nahum, Benjamín. Historia rural del Uruguay moderno. Montevideo, Banda Oriental, 1967-1978 (7 tomos).

Barrán, José Pedro y Nahum, Benjamín. Batlle, los estancieros y el Imperio Británico. Montevideo, Banda Oriental, 1979-1982 (3 tomos).

Barreto, Ignacio. Liebig's, fábrica y pueblo. Concepción del Uruguay, Edición del autor, 2003.

Boretto Ovalle, René. Historiografía de la ciudad de Fray Bentos (1857-1890). Fray Bentos, Edición del autor, 2001.

Bell, Stephen. Social networks and innovation in the South American industry during the pre-refrigeration era: southern Brazil and Uruguay in comparison. Los Ángeles, UCLA (Department of Geography), 2000.

Beretta, Alcides. El imperio de la voluntad. Una aproximación al rol de la inmigración europea y el espíritu de empresa en el Uruguay de la temprana industrialización (1875-1930). Montevideo, Fin de Siglo, 1996.

Briggs, Asa. The 19th Century: The Contradictions of Progress. Londres, Thames and Hudson, 1970.

Brock, William H. Justus Von Liebig: the Chemical Gatekeeper. Cambridge, Cambridge University Press, 1997.

Campal, Esteban F. Hombres, tierras y ganado. Montevideo, Arca, 1967.

Coni, Emilio A. Agricultura, comercio e industria coloniales (Siglos XVI y XVII). Buenos Aires, El Ateneo, 1941.

Coni, Emilio A. Historia de las vaquerías del Río de la Plata (1655-1750). Buenos Aires, Devenir, 1956 (2ª edición).

Critchell, James y Raymond, Joseph. History of the frozen meat trade. Londres, Constable, 1912.

Dovring, Folke. The transformation of european agriculture en The Cambridge Economic History of Europe (tomo VI). Cambridge, Postan and Habakkuk, 1965.

Goldaracena, Ricardo. El libro de los linajes. Familias históricas uruguayas del siglo XIX. Montevideo, Arca, 1976.

Fernández Saldaña, José M. Diccionario uruguayo de biografías, 1810-1940. Montevideo, Adolfo Linardi, 1945.

Ferns, H.S. Gran Bretaña y Argentina en el siglo XIX. Buenos Aires, Solar/Hachette, 1966.

Finch, Henry. Historia económica del Uruguay contemporáneo. Montevideo, Banda Oriental, 1980.

Garcia, Domingos Sávio da Cunha. Mato Grosso (1850-1889). Campinas, Universidad Estadual de Campinas (Instituto de Economía), 2001.

Giberti, Horacio. Historia económica de la ganadería argentina. Buenos Aires, Solar/Hachette, 1954.

Hanson, Simon G. Argentine meat and the British market. California, Stanford University Press, 1938.

Jacob, Raúl. Cruzando la frontera. Montevideo, Arpoador, 2003.

Maeso, Carlos M. El Uruguay a través de un siglo. Montevideo, Tipografía y Litografía Moderna, 1910.

Maeso, Carlos M. Tierra de promisión. Montevideo, Tipografía de la Escuela Nacional de Artes y Oficios, 1904.

Mariani, Alba. Una aventura industrial. Los negocios de estancia y saladero de Jaime Cibils Buxareo en Mato Grosso, 1891. Montevideo, Terceras Jornadas de Historia Económica, 2003.

Méndez Vives, Enrique. El Uruguay de la modernización, 1876-1904. Montevideo, Banda Oriental, 1975.

Muro de Nadal, Mercedes. Los orígenes de la Empresa Sansinena S.A. de Carnes Congeladas y sus avatares durante la crisis de 1890. Montevideo, Primeras Jornadas de Historia Económica, 1995.

Nahum, Benjamín. La crisis de 1890 (Tomo 1). La correspondencia de Alberto Nin. Montevideo, Banda Oriental, 1998.

Ortiz, Ricardo M. Historia económica de la Argentina, 1850-1930. Buenos Aires, Pampa y Cielo, 1964 (2 tomos).

Pereda, Setembrino. Paysandú y sus progresos. Montevideo, El Siglo Ilustrado, 1896.

Pereda, Setembrino. Río Negro y sus progresos. Montevideo, El Siglo Ilustrado, 1895.

Perren, Richard. The meat trade in Britain, 1806-1914. Londres, Routledge & Kegan, 1978.

Poy Costa, Antonio M. Los frigoríficos: datos históricos, descriptivos, constructivos y económicos. Aplicación del frío en las industrias agrícolas. Buenos Aires, Tipográfica del Colegio Pío IX, 1918.

Puiggrós, Rodolfo. Historia económica del Río de la Plata. Buenos Aires, A. Peña Lillo Editor (3ª edición), 1966.

Regalsky, Andrés. Las inversiones extranjeras en la Argentina (1860-1914). Buenos Aires, Centro Editor de América Latina, 1986.

Reinhard, M. R. y Armengaud, A. Historia de la población mundial. Barcelona, Ariel, 1966.

Richelet, Juan E. La ganadería argentina y su comercio de carnes. Buenos Aires, Lajouane, 1928.

Ruano Fournier, Agustín. Estudio económico de la producción de las carnes del Río de la Plata. Montevideo, Edición del autor, 1936.

Sanguinetti, Oscar y Orlando. History of Meat’s Extract. Milan, Sanguinetti Stamp Shop, 2003.

Scalabrini Ortiz, Raúl. Política británica en el Río de la Plata. Buenos Aires, Reconquista, 1940.

Seoane, Pedro. La Industria de las carnes en el Uruguay. Montevideo, Progreso, 1928.

Smith, Peter H. Carne y política en la Argentina. Buenos Aires, Hyspamerica, 1986.

Suárez, Luis. De Tupambaé al Apa. Montevideo, Barreiro y Ramos, 1912.

Thompson, F. M. L. La revolución en la agricultura mundial. Barcelona, Labor, 1973.

Udaondo, Enrique. Diccionario biográfico argentino. Buenos Aires, Coni, 1938.

Vázquez Presedo, Vicente. El caso argentino: Migración de factores, comercio exterior y desarrollo 1875-1914. Buenos Aires, Eudeba (3ª edición), 1979.

Vázquez Presedo, Vicente. Estadísticas históricas argentinas 1875-1914. Buenos Aires, Macchi, 1976.

Watson, David J. R. Los criollos y los gringos: escombros acumulados al levantar la estructura ganadera-frigorífica, 1882-1940. Buenos Aires, Julio Suárez, 1941.

Williman(h), José Claudio y Panizza Pons, Carlos. La Banda Oriental en la lucha de los imperios. Montevideo, Banda Oriental, 1975.

Winn, Peter. Inglaterra y la tierra purpúrea: a la búsqueda del imperio económico (1806-1880). Montevideo, Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación, 1998.