jueves, 29 de marzo de 2012

De Fray Bentos a Santa Elena; de Liebig`s a Kemmerich (7ª parte)


MATERIA PRIMA, PROCEDIMIENTOS INDUSTRIALES Y PRODUCTOS ELABORADOS 

La Compagnie Kemmerich se creó básicamente para elaborar extracto de carne, alimento que tenía por materia prima excluyente el ganado vacuno. Abundante en toda la región del Litoral también lo era en Santa Elena, como marcábamos al referirnos al sitio escogido por la empresa para instalar su planta industrial.
Al contrario de la industria frigorífica que cuando sus faenas evolucionen del ovino al bovino requerirá para el proceso industrial exclusivamente animales de razas británicas puras o cruzas de índole superior, fenómeno palpable de manera incipiente a partir de 1890 y consolidado en la primera década del siglo XX, la fabricación de extracto no hará hincapié en la condición zootécnica del ganado a procesar, entre otras razones porque la calidad del producto final no tenía vinculación con la calidad de aquél(19). 
Para Kemmerich y para el resto de lo que en oposición a la frigorífica más tarde se denominó industria conservera, el factor básico y determinante de la viabilidad del negocio será el precio que pague por la materia prima, independiente de que el animal a faenar fuese criollo, cruza, mestizo o puro. En este sentido, las empresas extranjeras establecidas en el Río de la Plata para elaborar extracto y otros subproductos cárnicos tipo conservas, vinieron a la región buscando aquello que les interesaba por ser aquí abundante y barato y en sus países de origen escaso y caro: el novillo criollo(20).  
Como en otros aspectos a los que ya hemos pasado revista, la infraestructura fabril de la Compagnie Kemmerich en Santa Elena se concibió y montó siguiendo los mismos lineamientos técnicos y operativos de la fábrica de Liebig’s en Fray Bentos, que en 1880 -a 15 años de su instalación- era un modelo palmario de eficiencia industrial y éxito comercial. Para emularla contaron con la invalorable complementación interdisciplinaria que unía al doctor Eduardo Kemmerich, de amplia versación teórico-práctica en el área de la bacteriología y de la emergente ciencia de la alimentación, con su cuñado, el ingeniero Walther Giebert, especialista en mecánica industrial con vasta experiencia laboral en el rubro tras los años pasados junto a su padre en Fray Bentos. El íntegro y acabado conocimiento que la dupla tenía del proceso de elaboración del extracto de carne, incluido los “secretos industriales” tan celosamente protegidos por Liebig’s, que en Fray Bentos no permitía el ingreso de extraños a la sección en la cual se lo producía(21), fue el factor determinante para que ambos promotores de la fundación de la empresa y socios de la misma, posteriormente se encargaran del montaje, la puesta en marcha y el gerenciamiento técnico y operacional del establecimiento de Santa Elena.          
En cuanto a los productos elaborados en Santa Elena, el principal fue el extracto de carne(22), si bien como subproductos también produjo grasa refinada, guano, harina de carne, aceite de patas, harina de hueso y otros derivados estándares de la faena.           

                
COMERCIALIZACION Y MERCADOS

También en estos aspectos resulta inevitable la comparación entre la Compagnie des Produits Kemmerich, Sociéte Anonyme y Liebig’s Extract of Meat Company Limited.
A fines de 1865 el entonces pequeño establecimiento industrial de Fray Bentos fundado por George Christian Giebert para elaborar extracto de carne a partir del método descubierto por el químico alemán Justus Von Liebig, fue adquirido por Liebig’s Extract of Meat Company Limited, una sociedad creada en Londres específicamente con ese fin, que de inmediato promovió la transformación tecnológica de la fábrica. La magnitud y trascendencia que en pocos años adquirió el emprendimiento acabó por convertir el nombre de la localidad, la razón social de la firma propietaria y la marca comercial con que distribuyó el extracto de carne(23) en referentes obligatorios e ineludibles de la emergente industria alimenticia mundial, debido al carácter innovador del producto, el volumen físico que alcanzó la fabricación y la diversidad de mercados a los que accedió. 
Hacia 1870 el extracto de carne de Liebig’s se vendía en Gran Bretaña, Bélgica, Holanda, Francia, Alemania y Dinamarca. Entre tanto la empresa gestionaba la apertura de sucursales, depósitos o puestos de venta en Nueva York (EEUU), Viena, a la sazón capital del Imperio austrohúngaro, Madrid, Varsovia, San Petersburgo -aparte de residencia de invierno de los zares, ventana de Rusia a Europa- y Constantinopla, hoy Estambul, la ciudad europea más asiática -o si se prefiere la asiática más europeizada- y entonces capital del Imperio Turco u Otomano.
Los principales consumidores de extracto fueron los ejércitos, que encontraron en él la vitualla ideal: abundante en proteínas, concentrado, cómodo de transportar y rápido de preparar, desde el momento que con sólo 4 quilos de extracto y agua caliente se hacía una nutritiva sopa para más de 100 soldados. Pero interesada en ampliar el espectro de consumidores la compañía Liebig’s se propuso introducir el extracto de carne también en la cocina hogareña, un ámbito casi inexpugnable en el que el ingreso implicaba derribar atávicas costumbres culinarias, para lo cual “debió apelar a nuevas estrategias de marketing y crear novedosas formas de publicitarlo dado que el producto era percibido como revolucionario, y las amas de casa debían ser convencidas de usarlo en reemplazo de la carne fresca”(24).  
A la Compañía Kemmerich no le fue tan bien. Si bien su Peptona pudo hacerse de un nicho de mercado en la Europa continental, el mayor poderío de Liebig´s en todos los sentidos, más capital societario, mayor solidez financiera, depósitos y oficinas de ventas propias en los puntos clave de ingreso de Europa, un aceitado mecanismo de distribución y el haber “llegado primero” al negocio, le otorgaron una ventaja que la empresa belga nunca pudo superar.  
Tan es así, que entre 1894 y 1904, es decir durante 10 años, las dos plantas industriales que la Compagnie Kemmerich tenía en Argentina(25) fueron arrendadas por Liebig’s Extract of Meat Company Limited. En 1895 un diario de Montevideo reproducía un comunicado de la empresa británica en la que anunciaba ese acuerdo de producción: “La demanda de los productos de la compañía en los mercados extranjeros ha llegado a ser tal, que la compañía Liebig, de miedo a no poder hacer frente a los pedidos que de todas partes se le hacen ha hecho un contrato con la Compagnie des Produits Kemmerich, Sociedad Anónima de Amberes, por el cual esta última pone a disposición de la Compañía Liebig sus establecimientos de Santa Elena y de San Javier en la República Argentina”(26).